¿Qué es el mutismo selectivo?
- Roberto Alvarado
- 28 dic 2021
- 5 Min. de lectura

El presente artículo se basa en el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) y contiene descripciones, síntomas y otros criterios para diagnosticar trastornos mentale y el en CIE 10 que es el Código Internacional de Enfermedades (CIE 10), elaborado por la Organización Mundial de la Salud, tiene como propósito permitir el registro sistemático, análisis, interpretación, y comparación de los datos de mortalidad y morbilidad recolectados en diferentes países o áreas, y en diferentes épocas. Adicionalmente agregamos postulados y estudios recientes que permiten una mirada ampliada Mutismo Selectivo y explican el motivo que técnicas como la experiencia somática son de ayuda en el tratamiento.
El Mutismo selectivo (DSM V, 313.23) se caracteriza por:
1. Fracaso constante de hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por hablar (p. ej., en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones.
2. La alteración interfiere en los logros educativos o laborales o en la comunicación social.
3. La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escuela).
4. El fracaso de hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social.
5. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación (p. ej., trastorno de fluidez [tartamudeo] de inicio en la infancia) y no se produce exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro del autismo, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico.
Según la Clasificación Internacional de los Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE-10), el mutismo selectivo (F94.0) es un trastorno de la infancia y adolescencia caracterizado por una selectividad marcada y emocionalmente determinada en el habla, demostrando competencia lingüística en algunas situaciones, pero no hablando en otras situaciones (definibles). El trastorno suele asociarse con marcadas características de personalidad que incluyen ansiedad social, timidez, sensibilidad o resistencia.
Actualmente el mutismo selectivo se considera como un trastorno de ansiedad con:
1. Elevada comorbilidad y diversas similitudes con los trastornos de ansiedad, en especial con la fobia social (Black & Uhde, 1995; Dummit et al., 1997; Sharp et al., 2007; Vecchio et al., 2005). Se ha llegado a considerar que el trastorno pudiera ser, en algunos casos, un subtipo (Black & Uhde, 1992) o precursor de la fobia social (Bergman et al., 2002).
2. Mayor prevalencia familiar de trastornos de ansiedad, lo que también podría implicar factores genéticos en su etiología (Black & Uhde, 1995; Cohan et al., 2006; Kristensen & Torgerson, 2002).
3. Alta asociación con estilos temperamentales caracterizados por inhibición conductual (Hirshfeld-Becker et al., 2007).
¿Cómo distinguir el mutismo selectivo de la timidez?
A pesar de que a los niños tímidos les resulta difícil hablar en situaciones desconocidas o con personas nuevas, al contrario que los niños con mutismo, los niños tímidos suelen responder cuando se les formula una pregunta o empiezan a hablar una vez se sienten más seguros.
Como forma de discriminación entre la timidez extrema y el mutismo selectivo, se considera una duración temporal de los síntomas de al menos un mes, periodo a lo largo del cual los niños tímidos suelen ir adaptándose a las nuevas situaciones.
Además, a diferencia de la timidez, en el mutismo selectivo se presenta una elevada ansiedad y el quedarse callado en situaciones específicas podría considerarse como un intento disfuncional de regulación emocional (Scott & Beidel, 2011; Young et al., 2012).
Así que el niño con mutismo selectivo no permanece callado con el fin de aislarse o molestar a los demás, sino que no se siente capaz de interactuar en un tipo de situación específica o, el hacerlo, le genera un malestar elevado, que le lleva a evitar la interacción social.
Mutismo Selectivo (MS) y nuevos postulados junto a la relación de técnicas de psicoterapia corporal

Varios estudios han encontrado evidencia de una asociación entre el MS y ansiedad social clínicamente significativa, así como otros trastornos de ansiedad (Muris y Ollendick 2015; Vogel et al. 2019; Schwenck et al. 2019). En consecuencia, en el DSM-5 (Asociación Americana de Psiquiatría 2013) SM se clasifica como un trastorno de ansiedad. Cohan et al. (2006) asumen que un niño que experimenta altos niveles de ansiedad es particularmente sensible a las interacciones verbales. Muris y Ollendick (2015) concluyeron en su revisión sobre la relación entre sm y ansiedad que ambos trastornos tienden a superponerse en términos de etiología, sintomatología y enfoques de tratamiento.
De acuerdo al estudio “Betrayed by the nervous system: a comparison group study to investigate the ‘unsafe world’ model of selective mutism” se postula que el MS es una reacción automática de estrés en situaciones erróneamente clasificadas a través de la cognición sin conciencia como "inseguras". Si una situación se experimenta como insegura, en realidad no tiene que ser insegura para activar una alarma y, posteriormente, una reacción de estrés. Hay varios contribuyentes que pueden estar involucrados en la mediación, por ejemplo, alta sensibilidad. La cuestión de si una determinada situación se considera segura o insegura depende, entre otros factores, de la sensibilidad al procesamiento sensorial de cada individuo. Suponemos que muchas personas con SM tienen una extraordinaria alta sensibilidad a los estímulos sensoriales externos e internos. Como consecuencia, el sistema nervioso de los niños con SM reacciona fácilmente, por ejemplo, a signos débiles de falta de familiaridad o falta de distancia física y clasifica la situación como "insegura". Por lo tanto, la alta sensibilidad al procesamiento sensorial causa una reacción de estrés en situaciones que normalmente no requieren una reacción de estrés.

En una reacción de estrés, el sistema nervioso puede cambiar a la disociación. Mientras que la disociación patológica a menudo implica experiencias de trauma, la disociación transitoria normal se considera relativamente común en la infancia y la adolescencia y también puede ocurrir frente a circunstancias psicológicamente abrumadoras como eventos emocionales poderosos (Putnam 1997). En consecuencia, la disociación puede considerarse como un mecanismo de afrontamiento para tolerar el estrés. Experiencias similares repetidas aumentan aún más la habituación al comportamiento no hablante. La experiencia de no poder hablar en ciertas situaciones puede llevar a la ansiedad como un trastorno secundario.
Por lo tanto, el cierre del compromiso social de los niños con SM puede ser una adaptación a una situación que el sistema nervioso ha evaluado "erróneamente" como insegura. En esta situación, se adopta un estado no verbal. Por lo tanto, de alguna manera, aquellos que sufren de SM pueden ser "traicionados por su propio sistema nervioso".
Desde el punto de vista del tratamiento, la regularización del sistema nervioso puede ser tratada mediante la invocación de prácticas como Experiencia Somática que permiten regularizar el sistema nervioso, desactivando la respuesta simpática y activar la respuesta parasimpática opuesta, llamada mecanismo de reposo y digestión. El objetivo es sentirse seguro. Para regular la respiración, disminuir los latidos del corazón y hacer que la sangre circule a los órganos vitales. Estas prácticas poderosas cambian nuestra fisiología y afectan nuestro estado de ánimo.
Fuentes:
· Psicólogos Infantiles Madrid | Centro de Psicología Madrid
· Ministerio de Sanidad de Gobierno de España
· Betrayed by the nervous system: a comparison group study to investigate the ‘unsafe world’ model of selective mutism. https://link.springer.com/article/10.1007/s00702-021-02404-1




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